martes, 26 de junio de 2007

Mother

By:Jessica Medrano

Ultima Especie, Israel Zepeda


Strong like rocks
That fall from the sky
Your noisy steps are here,
And when you pass, you can destroy
Even the steps that my great-grand parents left.

Our churches, our houses, our past,
Our yesterday’s dreams,
Our tomorrow’s dreams,
They are a nightmare today.
Because when you blow furiously, our histories,
Our lives collapse.

“Here was my house. Here was my life,”
Says an old woman who cried in front of nothing.
While your wet hugs were confused with her tears,
And with the emptiness.

You, Mother! You that lit up my life
You, Mother! You who gave me days and nights of love,
You, Mother! You who wrote with clouds the sky
You, Mother!
You now leave a sad trail on my road.

Then, silence.

The wind begins to whisper.
The sun begins to smile.
You write love again in the sky,
Because on the street,
The tomorrow started to whistle.

viernes, 15 de junio de 2007

Los Ángeles:Una ciudad sin magia

Por: Jéssica Medrano

Con los ojos lagañosos aún, cientos de hombres esperan en las esquinas de las calles de Los Ángeles alguna oportunidad para llevar de comer a sus hogares, pagar la renta, el gas, la electricidad, agua y enviar la ya indispensable remesa a sus países de origen, mientras al cruzar la calle un hombre duerme entre cartones, ropa sucia, vieja y maloliente. La pupusería, la panadería, el restaurante de comida china, mexicana, guatemalteca, peruana o chilena, y la señora que vende fruta en las aceras están a punto de iniciar operaciones. Entretanto las paredes pintadas con grafito me avisan que ese es territorio prohibido para mí a menos que lleve las iniciales de mi grupo tatuado en la piel. No hay estrellas de cine ni cantantes famosos; y solo de vez en vez se ve alguna filmación cinematográfica. ¿Es esto Hollywood? ¿Es esto Los Ángeles? ¿Es esto el 'primer mundo' del que tanto se ufanan en las películas?


¿Quién sabe? Será que todo el glamour de esta tierra de estrellas se escondió en las mansiones; y sólo sale de vez en cuando de su costosa guarida espantado con el escándalo a hacer noticia de primera plana en el informativo estelar.


La urbe angelina es una ciudad de luces, alfombras rojas, estrellas, y de súper héroes de tiras comicas, pero también es una ciudad plagada de sombras, de bulevares de sueños rotos, de estrellas anónimas que a diario se ganan la vida como obreros de construcción, como niñeras, o limpiando casas, y cuya única posibilidad de fama es ser la base de un personajes de reparto para la próxima película de algún millonario director.


Mujeres y hombres que cargados de esperanzas y nostalgias caminan por esta ciudad que llaman hogar, y para muchos la tierra prometida por el coyote o pollero. Los Ángeles, una ciudad multicultural, con un pedacito de todo el mundo en cada esquina.


Basta con ver hacia fuera de nuestros autos, sentir el pesado aire cargado de dióxido de carbono para saber que la magia ya no existe ni en Disneyland. Son pocos los que todavía creen en una cenicienta cuyas zapatillas de cristal caminaran sobre las alfombras rojas de la ciudad.


La realidad nos muestra que esta es la ciudad con los índices de pobreza más altos en todo Estados Unidos, y no se necesitan estadísticas para comprobarlo, pues basta con ir más allá de los edificios de 50 pisos, o desde esos edificios ver hacia abajo al señor de manos callosas que espera en la esquina por el siguiente ride.


Es una ciudad sin la magia, sin los efectos especiales que me distraigan y oculten las realidades que se viven en ella. Una ciudad con freeways que me confunden y que jamás me llevan a casa. Es una ciudad donde aplacar la nostalgia puede costar cientos de dólares.


Así es Los Ángeles, o por lo menos así lo veo yo. Tan parecido a mi país, que me parece reconocer en el mendigo de la esquina a aquel viejo que dormía en los portales de la capital de mi país.

viernes, 1 de junio de 2007

The World isn’t Flat

By: Jessica Medrano
I opened my eyes this morning and the earth was flat,
And since this flat world, a green ogre with bad breath smiled to me.
No, it is not the XV century,
Nobody believe in ogres, fairies or witches anymore,
Columbus died four hundreds years ago,
But, blessed modernity,
If you don’t watch the world the flattest as possible,
You are living in the wrong century.

I’m talking to you, TV,
Yes, you that are teaching to my children that guns are funny.
You, that sell me an out of tune “Reality,”
While, behind the transistors,
There are famines, over warming,
And wars.

Please, don’t let that MTV bring my children up
Because by the time that your children grow up
They will have been educated
With a not biodegradable garbage.

The world isn’t flat,
And it isn’t so green neither.
There is a world outside,
With many protuberances,
With borders,
With walls
Bigger than a screen, that shows us the “Real Life in Haiti.”
But, by the time that you realize it
That world will have disappeared.

Turn that reality show off,
And turn your mind on,
You’ll see more than that mutilated reality
That appears in your flat screen.