miércoles, 20 de febrero de 2008

Total

Por: Clío Goretti



Ella, amparada por la sombra que la noche y la tierra le ofrecían, se puso su mejor chal naranja encima; y, tras un instante de silencio, dejo escapar lo que parecía ser una tímida sonrisa. Aquella, poco a poco, creció y creció hasta dejarse ver por completo para deleite de los curiosos que desde el fondo del abismo esa noche la soñaban.