domingo, 9 de noviembre de 2008

Los chulones del progreso

Por Jéssica Medrano


Cuentan por ahí que La Chulona antes no andaba tan chulona como ahora. No es que antes se las diera de decente, casta y mucho menos pura, pues bien se sabe que la corrupción se viste de etiqueta y tiene un selecto guardarropa de mentiras para cada ocasión...


Pero en fin, resulta que un día La Chulona decidió maquillar sus curvas con asfalto, depilarse todas las zonas verdes y tapizarlas con concreto, hacerse un manicure y ofrecer su mano (de obra) barata a los ambiciosos labios de la inversión extranjera. Y es que la muy coqueta quería subir al tren del desarrollo, pero el maquinista tenía ciertas exigencias...así que aquella joven menudita se vio en la necesidad de empeñar todas sus posesiones, y cuando no tuvo más que ofrecer, se hipotecó así misma y a toda su descendencia por prestamos millonarios. Como quien dice, hipotecó hasta el calzón. De ahí viene su desnudez.


Al verse desnuda trato de ocultar sus partes íntimas. Entonces se escuchó una voz,


-“¿Por qué te escondes?”, era la voz del uBicuo, oMnipotente y OMnisCiente maquinista.


-“Porque soy subdesarrollada”, contesto la avergonzada chulona.


En efecto, el tren del desarrollo hacia mucho que había partido, y ella se había quedado, con los colochos hechos, en una estación del tercer mundo.


Desde ese día la han visto recorrer las calles, limpiando, con sus pechos, parabrisas en los semáforos; enjuagando, con sus cabellos, las lágrimas de las madres de niños que mueren por el rotavirus, el dengue y el hambre, eternos descendientes de Sísifo.


Otros dicen que por las noches se revuelca en la grama del Parque Cuscatlán y juega al Tin Marin con el espejo, no sé para qué, pues al llegar el “pégale, pégale que ella fue”, la vergueada siempre es ella, golpeada con mano dura por reformas fiscales, leyes de un salario mísero.

La joven quiso escapar lanzándose de la Torre de la democracia, pero no la encontró, cual ramera, hacia años que ella había cambiado de nombre, hoy se hacía llamar "La City". Aun así se lanzó, esperando caer en los brazos de los padres de la patria, pero ellos perdieron sus brazos ahora solo tienen bolsillos, y en sus bolsillos no cabe La Chulona.


Pero La Chulona tuvo suerte, al lanzarse cayo en los hombros del hermano lejano y ahí sigue, lleva años sobre los hombros de este, pero no soportará mucho tiempo, sus rodillas comienzan a flaquear y ningún ungüento de TPS evitará su caída.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Quéeee! ¡Lo publicaste!! Y yo todavía lo tengo en documento para compu. Mirá veo algunos cambios ahí. Pero mi observación es que las reformas fiscales, lejos de ser duras, fueron la tabla de salvación. Ahorita estaríamos en un abismo de deuda si no fuera por esas reformas, con todo y sus *ejem* evasores. No son duras, no golpearon a la chulona, más bien creo que le dieron algo de comer a la bicha porque sino el ubicuo y omnisciente le cae con toda su satiriasis y la trauma de por vida. Creo, además, que como la Chulona nació en el campo, ahí fue donde comenzó su martirio y su empozamiento en el sub desarrollo.