lunes, 9 de abril de 2007

Diario de Semana Santa I

Lunes 21 de marzo de 2005

Amanece. El gallo ha sido desplazado y el canto de la chicharra anuncia el nuevo día. Es Lunes. Lunes Santo, para ser exactos. Un lunes opaco y húmedo de verano. La semana santa se presenta. Vacaciones para algunos, un día como cualquiera para otros.

Un día como hoy, hace dos años, los periódicos locales anunciaban la “liberación” de Iraq. Destrucción, caos y muerte eran la primera plana y una veintena de páginas más. Hoy, 21 de marzo de 2005, Iraq mide un cuarto de página en el mismo periódico, Rumsfeld insiste que la invasión y su costo en vidas humanas valieron la pena, mientras en un par de párrafos más abajo tres muertos más se suman a las cifras.

Afuera, lejos de la tinta y el papel del matutino, espera el asfalto de la Troncal del Norte. Un solo carril es el infierno de los pasajeros del transporte colectivo. El tráfico lento y pesado, el calor del verano y los olores del vecino se conjugan en el interior del automotor. Hoy es un lunes santo.

Martes 22 de marzo de 2005

Recetas de semana Santa.

Dos lajas y media de dulce de atado, siete huevos, una torta de yema y canela. Bata las claras de huevo hasta a punto de turrón, agréguele las yemas y continúe batiendo. Envuelva los trozos de torta en el huevo batido y fríalo en aceite muy caliente. En un recipiente disuelva el dulce de atado y hiérvalo a fuego lento, agregue canela. Luego, deposite los trozos de torta en la mezcla. Las torrejas están listas.

A 36 horas agréguele 15 homicidios por arma de fuego, nueve por arma blanca, nueve por accidente de tránsito, más tres ahogados, mezcle bien en vacaciones. Vierta el contenido en los rotativos de este día y compare las cifras con las del año pasado. Lo saldos rojos al comenzar las vacaciones están listos.

Miércoles 23 de marzo de 2005

$1.75 de dólar es el precio de una "buena" película que puede ser disfrutada en vacaciones, más $0.35 de pasaje, una diversión bastante accesible para los salvadoreños.

La Pasión de Cristo es la escogida para estas fechas de Semana Santa. Mientras las largas colas frente a la taquilla muestran que la idea se sincronizó en la mente de muchos cinéfilos, y no tan cinéfilos, ese día.
Conforme avanza la fila la taquilla está cada vez más cerca. El objetivo está a pocos pasos. “¿Qué tal si acompañamos todo de una soda y unas palomitas?” cavilan quizás algunos. “¿Y si no me alcanza?” reflexiono yo.

Por fin, la taquilla está frente a mi. “¡Buenas tardes!” dice una joven a través del intercomunicador , “Buenas, uno para la Pasión de Cristo, por favor”, respondo. La respuesta inesperada llega al fin. “Todas las funciones están agotadas” carraspea la voz del intercomunicador. La espera ha sido en vano. Regreso a casa con la frustración como cruz de ese día.

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